Los diaguitas vivieron entre los ríos Elqui y Choapa, aunque, al aliarse con los inkas en su etapa final, se extendieron hasta el río Maipo. Sus alfareros crearon escudillas y jarros-pato pintados en tres o más colores y de superficies finamente bruñidas. Las representaciones humanas y de animales son frecuentes, pero predominan los motivos geométricos ordenados simétricamente, los cuales se repiten con pequeños cambios en cada pieza. Estos motivos son más que simples recursos ornamentales; forman parte de un lenguaje visual cuyos significados hoy solo podemos imaginar.