“Dime qué tocado llevas y te diré quién eres”, parece haber sido la consigna en el Norte Grande. Durante más de 3000 años, turbantes, gorros, cascos y capuchas protegieron a sus usuarios de las inclemencias del desierto. A la vez, señalaron su posición social o su pertenencia a un grupo étnico en particular. A juzgar por los hallazgos en las tumbas, estos individuos también usaban sus tocados en el viaje al más allá.