El Estado Inka retribuía el trabajo de las personas con grandes festines, usualmente regados con abundante chicha, la cerveza andina de maíz. Los aríbalos inkaicos eran los cántaros chicheros por excelencia. Hallados en gran cantidad en los sitios arqueológicos de la cuenca de Santiago, son prueba segura de estos festines estatales. Estos aríbalos, al igual que los platos y las escudillas de la vitrina, combinan formas inkaicas con diseños de las culturas Aconcagua y Diaguita. Miembros de esta última fueron los principales aliados de los inkas en la conquista de la Zona Central.