Aunque es uno de las tierras más áridas del mundo, ha sido habitada durante unos 11.000 años. Hace 8000 años, los pescadores de la cultura Chinchorro recorrían y explotaban sus ricas costas, mientras los cazadores hacían lo mismo en las tierras altas. Más adelante, algunos abandonaron su modo de vida errante para vivir en aldeas y convertirse en agricultores. A partir de entonces, las caravanas de llamas ampliaron la movilidad y los contactos entre las sociedades. Hacia el año 1000 d.C., hubo un notable crecimiento poblacional que originó conflictos entre comunidades, situación que contribuyó a la conquista Inka de este territorio en el siglo xv. Las comunidades aymaras, quechuas y atacameñas que viven en la región son herederas de este pasado.
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