Los pescadores de Chinchorro momificaban a sus muertos para que su recuerdo siguiera presente. Removían los músculos y las vísceras, que luego reemplazaban por ramas, plumas, pedazos de cuero, vellones de lana y otros materiales. El cuerpo era cubierto con una capa de barro y la cabeza adornada con una peluca de pelo humano. Esta práctica comenzó alrededor de 6000 a.C. ―casi tres milenios antes que en Egipto― y desapareció hacia 2000 a.C.