A partir de unos 10.000 años atrás, los habitantes de la costa entre Antofagasta y Los Vilos labraban la piedra para producir diversos objetos. Los más curiosos son estas piedras de diferentes tamaños y formas geométricas, cuyo significado y función se desconoce. Dado que se han encontrado en los sitios habitacionales, a veces cubiertas con pigmentos rojos o con señas de haber sido expuestas al fuego, no existe por ahora una mejor interpretación que aquella que les atribuye un valor simbólico o ceremonial.