Durante largo tiempo en la cultura San Pedro la tableta para alucinógenos fue el símbolo de los chamanes y el hacha el símbolo de los jefes. Después de 1000 d.C., las hachas siguieron simbolizando el poder civil, pero el poder religioso pasó a representarse por la antara, una especie de zampoña de madera. Al parecer, en ese período ambos poderes fueron encarnados por un solo individuo. Así lo sugiere el personaje tallado en este poste funerario, que sostiene un hacha en la mano derecha y una antara en la izquierda.