Al igual que en Norteamérica, el caballo fue adoptado rápida y exitosamente por los pueblos del extremo sur del continente. Entre los mapuches, este animal fue un eficaz instrumento para la guerra, objeto de comercio e intercambio, codiciado manjar y emblema de estatus. Los caballos eran adornados con platería y lucían hermosos y coloridos textiles.